martes, 15 de marzo de 2011

dale vida, nomás

Botellitas de agua, almohadas y pañuelos. Con el solsito que se filtraba por la cortina de mi habitación abrí los ojos que habían descansado pocas horas y entre pesadillas me iluminó la idea de escucharte. Fue casi una hora en que se me iluminó la carita.. en esos momentos de la vida donde el corazón es más grande que la razón, donde uno después de pensar tantas cosas que los cables hacen cortocircuito y ya no hay paz, donde la cabeza no da más que incertidumbres y más preguntas con respuestas imprecisas.
Las esperanzas las reposo en el corazón, al único que creo capaz que resista un poco más, con tantas marcas y tantas idas y vueltas.. todavía sirve. Mi corazón está ahí, jugando a todo o nada.. ya jugué la cabeza y creo que la perdí.. y pienso seguir jugando, porque para aprender las heridas deben ser profundas, como los sentimientos mismos. Pero tengo la fiel creencia que hasta no se sequen mis ojos, el corazón tampoco lo hará...

1 comentarios:

Micaela dijo...

cuando los ojos arden secos ya de tanto llanto
tu recuerdo sube más
tu nombre,... resuena en las paredes del cuarto
pero pasa que no estás